La hipertensión arterial afecta a una cuarta parte de los adultos canadienses y a un tercio de los estadounidenses; a nivel mundial, se estima que alcanza el 40 %. A nivel mundial, es el principal factor de riesgo de muerte y discapacidad, y su incidencia ha ido en aumento en las últimas décadas. Junto con el aumento de la presión arterial en nuestra población, también han aumentado las recetas farmacéuticas para controlarla. Esta es una situación terrible.
En este artículo, describiré el impacto beneficioso de realizar cambios en el estilo de vida sobre la presión arterial para demostrar que no todos estamos destinados a tener presión arterial alta, ni la variedad de medicamentos para controlarla.
Hipertensión primaria vs. secundaria
La distinción básica entre la hipertensión arterial y la hipertensión arterial se basa en su causa. La hipertensión primaria es idiopática, es decir, se desconoce su causa; representa más del 90 % del total. Se cree que las causas son ambientales o genéticas (es decir, principalmente la dieta y el estilo de vida). En la hipertensión secundaria, existe una causa conocida (5-10 % de los casos de hipertensión total).
Este tipo de hipertensión arterial suele aparecer de forma repentina y con un nivel elevado. Las causas comunes de hipertensión secundaria incluyen: enfermedad renal, apnea obstructiva del sueño, problemas tiroideos y suprarrenales, medicamentos (p. ej., píldoras anticonceptivas, medicamentos para el resfriado, analgésicos), cocaína y anfetaminas, tumores suprarrenales y abuso de alcohol.
¿Por qué la presión arterial alta es cada vez más común?
No se trata solo de adultos, la hipertensión también se presenta cada vez con más frecuencia en niños. La idea predominante es que, a medida que nuestra sociedad aumenta de peso, toma malas decisiones alimentarias, sigue sufriendo privaciones de sueño y ejercicio, además de altos niveles de estrés y poca exposición a la naturaleza, no es de extrañar que nuestra presión arterial se vea afectada. Estos factores influyen en cómo elegimos vivir nuestras vidas, nuestro estilo de vida.
Cambios en el estilo de vida que reducen la presión arterial
Estilo de vida dietético: Es cierto, eres lo que comes. Lo que comes afecta tu bioquímica, tus hormonas y la calidad de los tejidos y células que componen tu cuerpo.
En pocas palabras, llevar una dieta equilibrada con énfasis en verduras, frutas, cereales integrales/legumbres y una dieta moderada en grasas, con un consumo mínimo de dulces y una ingesta baja o moderada de sal, reducirá la presión arterial en la mayoría de los casos. Esta forma de alimentación, conocida como la «dieta DASH» (enfoques dietéticos para detener la hipertensión), es un método comprobado para reducir la presión arterial alta.
Estilo de vida de estrés y relajación: Cuando experimentas estrés, se liberan automáticamente hormonas que aumentan tu presión arterial (p. ej., adrenalina, noradrenalina, cortisol, etc.). Si el estrés es temporal, tu presión arterial se normaliza. Sin embargo, si el estrés es continuo, tus hormonas se mantienen elevadas por más tiempo, al igual que tu presión arterial.
El estrés también puede hacer que consumas más minerales y vitaminas, lo cual tiene sus propios efectos perjudiciales. ¿Te tomas tiempo para relajarte? A menudo, el factor clave para combatir el estrés es asegurarte de incluir tiempo para relajarte, especialmente al aire libre, donde puedes despejar tu mente de pensamientos estresantes. La meditación, la visualización guiada, la respiración relajante y el taichí son solo algunos ejemplos de métodos sencillos para incorporar a tu práctica diaria de relajación.
Hábitos de ejercicio y regulación del peso: El ejercicio tonifica los músculos del cuerpo de una manera que normaliza la presión arterial.
También ayuda a quemar grasa y a regular los niveles de insulina, lo que contribuye a mejorar la presión arterial. Diversos estudios han demostrado que combinar la dieta DASH con estrategias de pérdida de peso mejora aún más la presión arterial.
Reduce tu exposición a toxinas: Es común escuchar que reducir el consumo de alcohol y tabaco beneficia la presión arterial. No se detenga ahí, reduzca su exposición a sustancias químicas en general. La contaminación del aire, por ejemplo, se asocia con un aumento de la presión arterial.
Investigadores taiwaneses publicaron un estudio en 2017 en Medio ambiente internacional Al comparar el efecto de la filtración de aire a largo plazo en hogares durante dos años, se observó que, al reducirse las partículas en el aire mediante la filtración, los participantes presentaban una presión arterial más baja y menores niveles de inflamación y daño oxidativo en sangre.
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